sábado, 6 de febrero de 2010

soñando contigo...




Es de madrugada, despierto entre tus brazos, mi cuerpo pegado al tuyo, mi espalda a tu pecho, tu mano en mi vientre... La luna entra por la ventana, asomando, tímida, para observar nuestro abrazo.

Me separo con cuidado para no despertarte, me giro hacia ti, apoyo la cabeza en mi mano y te observo. Contemplo tu sueño, tu plácida expresión… estás totalmente relajado, me gusta verte así...

Mi mente recuerda las caricias que nos hemos obsequiado apenas unas horas antes y en mi cuerpo vuelve a brotar el deseo. Mis dedos, impacientes, ansían rozar de nuevo tu piel. Retiro el nórdico que te cubre, con suavidad, te revuelves y buscas una nueva postura... shhh... no quiero despertarte aún... sólo quiero observarte...

No puedo dejar de mirarte y el deseo de acariciarte aumenta... rozo tus labios y tu cara con las yemas de mis dedos de un modo casi imperceptible... Mi labios los sustituyen suavemente... Contemplo tu cuerpo, y me siento invadida por una enorme oleada de deseo y ternura.

Lenta y delicadamente deslizo mis labios por todo tu cuerpo. Tu postura me facilita las cosas. Estás boca arriba, con un brazo extendido en la cama (el que antes me rodeaba) y el otro pegado a tu cuerpo.

Moviéndome despacito para no despertarte aun, te beso intentando hacerlo tan suavemente como la brisa. Recorro toda la piel que tengo ante mí dejando tu sexo para el final. Sigues durmiendo, pero tu miembro está reaccionando. Con una sonrisa traviesa lo rozo con la punta de mi lengua. Te observo para asegurarme que aún no te has despertado.

Mmmmmmm… no… aún duermes, pero te falta poco… Sigues reaccionando, tu sexo está ahora totalmente erecto de modo que puedo introducirlo lentamente en mi boca, entre mis labios… Se desliza suave entre mi lengua y mi paladar y ahora sí empiezas a despertar…

No estás seguro de si es un sueño, pero te gusta. Te mueves un poco e intensifico las caricias y mis labios aprisionan tu pene un poco mas... Siento que tu mano se apoya pesadamente en mi nuca a la que empiezas a acariciar. Aún estás totalmente relajado... y eso me encanta... te siento a mi merced...

Vuelvo a observarte. Poco a poco tus párpados se abren y me miras, perezosamente al principio y luego la sorpresa se abre paso y tu sonrisa ilumina la habitación con mucha más luz que la que nos regala la luna.

Sigo lamiéndote, saboreándote mientras recorro con mis manos tu pecho. Mis dedos se acercan a tu boca. Los acaricias con los labios y la lengua. Acercas una mano a mi espalda, me acaricias suavemente y un escalofrío recorre todo mi cuerpo... mmm sabes cuanto me gusta eso! Pero no quiero apartar la cabeza de tu pene… no todavía… Y vuelvo a mirarte, me vuelve loca tu expresión mezcla de placer y deseo...

De repente me miras fijamente, me levantas y me acercas a ti y nuestras bocas se convierten en una sola. Tu mano encuentra mi sexo húmedo, cálido, ardiente de deseo y preparado para ti. Tus dedos, con sus toques certeros, saben cómo encender mis anhelos más secretos.

El deseo, que había salido a mi encuentro, sube como la espuma. Me dejo acariciar disfrutando de las sensaciones, con los ojos entrecerrados para no dejar de observarte. Pero llega un momento en el que te necesito en mi interior, necesito sentirte dentro de mi...

Con un movimiento rápido sitúo mis rodillas a ambos lados de tus caderas, desciendo lentamente y… ooooooohhhhhh… mi niño… tu pene busca mi entrada para tomar posesión de mi cuerpo… Siento intensamente el instante en que entras en mí, despacio, tan despacio… tan perversa y gozosamente lento… Permanezco inmóvil unos segundos, sintiendo cómo mi cuerpo se abre a ti, se llena de ti...con las manos apoyadas en tu pecho y el cuerpo inclinado para poder besarte y sentirme totalmente unida a ti.

Mi vagina parece tener vida propia. Comienza su ritual de contracciones breves pero intensas, al mismo tiempo que mis caderas se mueven despacio hacia arriba… hacia abajo…en círculos...y suben otra vez… Las contracciones y mis movimientos siguen el ritmo de una lenta orquesta que toca pianissimo… Al subir mi vagina se contrae, se estrecha… y se relaja en el descenso… La cadencia aumenta, como un concierto bien dirigido…

De mi garganta se escapan pequeños gemidos de placer… susurro en tu oído tu nombre… inclinada completamente sobre ti, mis pechos rozando tu pecho, tu mano acariciándolos... al mismo tiempo que vuelvo a disminuir el ritmo de mis movimientos… dibujo tus labios con mi lengua… busco tu lengua para que baile con la mía… y el ritmo va aumentando… poco a poco... andante ma non troppo… allegro…

Mi cuerpo está a punto de perder el control, los movimientos son casi frenéticos… La pasión se apodera de mi ser... de mis dos seres, el físico y el espiritual. Me levanto, me aparto el pelo de la cara dejando mis pechos a tu merced. Los sujetas suave pero firmemente, acaricias los pezones con las yemas de tus dedos, acercas tu boca a ellos para succionarlos suavemente mientras una mano tuya se abre paso entre nuestros cuerpos para acariciar mi clítoris...

Mmm... cuanto placer! algo se apodera de mí, algo que me sacude, me retuerce, me colma de gozo… la sensación es inenarrable, fantástica, llena de sensaciones, colores, sonidos y sabores... de sabor a ti, sensación de amor infinito… No puedo, no quiero, no debo dejar de moverme…

Mis ojos encuentran los tuyos. Lees la plenitud en mi mirada, el deseo de llevarte conmigo a este mar de sensaciones… te abandonas… y me llenas... me llenas con tu placer... agarras mi mano y te dejas llevar… siento el palpitar de tu sexo en mi interior y justo en ese momento, parece que la luz que nos ofrece la luna se derrama al mismo tiempo que tú lo haces en mi, mientras susurras un te quiero ahogado en mi cuello... Y yo… yo sé que en ese preciso instante SOY totalmente tuya.
Inclinada sobre tu pecho, sin permitir que salgas de mi interior, siento tu corazón… bum-bum… bum-bum… bum-bum… latiendo al compás del mío... recuperando el aliento al mismo tiempo que yo… Lentamente, mientras nos besamos, me retiro y acurrucándome a tu lado, me duermo, como una niña, de nuevo entre tus brazos…

Cuando abro los ojos estoy abrazada a la almohada, mi entrepierna está húmeda y como siempre tu no estas aquí despertando junto a mi...una vez mas estaba soñando contigo... ese sueño que sé algún día se hará realidad...

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