martes, 23 de febrero de 2010

Gracias (por todo lo que no has hecho)


Gracias por no venir nunca a recogerme por sorpresa al trabajo.
Gracias por no secuestrarme un viernes noche para cenar y a bailar.
Gracias por no tener un hueco para mi durante el fin de semana.
Gracias por no preguntarme qué me pasa en el trabajo y por qué estoy como estoy.
Gracias por no necesitar descolgar el teléfono cada día para oir mi voz.
Gracias por no llamarme nunca porque necesitas explicarme qué te ha pasado hoy.
Gracias por no preferir un plan de dos, de película y manta ante cualquier otro.
Gracias por no llevarme nunca a la playa o montaña para simplemente pasar unas horas conmigo.
Gracias por no decirme que si mis ojos están más claros cada día, no es por todo lo que lloré por ti hasta hoy.
Gracias por no quererme tanto.
Gracias por no necesitarme.
Gracias por no echarme ni un minuto de menos.
Gracias por no dedicarme nunca una de tus frases de amor.
Gracias por decir mi nombre sin connotaciones cariñosas.
Gracias por no darle marcha atrás al tiempo en tu memoria para intentar recordar una palabra, un gesto, una mirada o un momento.
Gracias por mantenerte indiferente y distante.
Gracias por sentir frío mi calor e insensibles mis besos.
Gracias por no amarme, por no quererme como yo te quiero.
Gracias por todo eso, ya que de lo contrario, te querría como no debería volver a querer nunca: con absoluta necesidad.
Pero me encuentro mejor y los pájaros están dejando mi cabeza vacía para dar paso, poco a poco, a la realidad.
Me estás salvando lentamente, sin darte cuenta....
Gracias

No hay comentarios:

Publicar un comentario