domingo, 3 de enero de 2010

te pertenezco...


Es como cuando notas que te aprietan abrazándote... El corazón se zarandea tembloroso y no está lejana la tristeza, se instala por un segundo en esa soledad con nosotros mismos que nunca confesamos en voz alta...

A veces es difícil decidir si dejas a la nostalgia trepar o si la podas para que respire un poco. Notas que se desliza un palpito y es entonces cuando se ve el camino contiguo...

Está tan triste la pintura azul de las paredes de mi casa... Pensándote he descubierto la etérea gama en silencio. Es increíble el tono, se dispersa celeste alegre e incluso se contrae lascivo, se refugia violáceo tras el fulgor de la luz y de las sombra y reaparece azul, limpio y seguro... mientras a mi se me cae ese agua traicionera que mana por los ojos... y entonces el azul se vuelve gris...

Es como cuando abrazándote te aprietan... A alguien le acabas importando. Miras tu cara en el espejo y te das cuenta que aún tienes los puños apretados. Será quizás para no dejar que se diluya el momento... para seguir percibiendo ese abrazo...

Sonaba la duda de tus sentimientos en mi cabeza, pero se me cerraban los ojos... A veces el cansancio me toma por los hombros y me dibuja el encantador refugio del compás y así caigo, rendida, desapareciendo de la realidad mas tibia... pensándote...

Es como cuando notas que te aprietan abrazándote... dejas de ser tu para fundirte con la otra persona...

Y entonces soy consciente de que te pertenezco...


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