domingo, 6 de diciembre de 2009

que tu boca me diga lo que no me dirán nunca tus palabras...


El otro día te vi de lejos y pensé que eso me bastaría, que tu imagen sería suficiente para tomar fuerza y alejarme para que a la larga, cuando el tiempo pidiera cuentas, el saldo fuera apenas un recuerdo de los momentos vividos. Pero no, no fue suficiente, contigo nunca es suficiente...

Necesito sentir tus suspiros al oído y que recorras mi geografía con tus labios. Y necesito que tus manos se dibujen en mi cintura y caderas, que mi sed encuentre alivio entre tus piernas, y que tu sed se calme en el manantial de mi entrepierna... que tu boca me diga lo que no me dirán nunca tus palabras...

Ya nada basta.

No basta con que sueñe que me tomas por la cintura.

No basta con que sueñe que te acercas a mí y que a mi cuello llegue tu aliento, que duden tus manos entre uno y otro pecho, que te acoples a mis caderas y que mi humedad sea tu guía.

No basta con pensar que tus besos son sólo míos, ni que me piense contigo dentro, cabalgando sobre ti, corriendo a ninguna parte, atenta al gesto que en gemidos dibujas.

No basta imaginar que te tengo, que me enseñas a encontrarte, que me haces hacerte, que me dibujas entre tus brazos, que tiemblas y me haces temblar.

No basta que reconstruya con la mente lo que tal vez no volverá a pasar nunca, el que me desvistas despacio o con apremio, el desnudarme las ganas, el adentrarte en mi, todo deseo, todo misterio...hasta el sitio que anule por fin toda razón y que sólo la carne y nuestro deseo mande.

No basta que trate de distraerme, parapetarme detrás de las palabras que arrojas, fallidas puertas de salida, ventanas que no invitan a asomarse siquiera, paredes cerradas que no dan a ninguna parte...

He tratado de tomar distancia, de hacer complicadas cuentas de días sin ti, horas sin tus palabras, calles frías, laberintos, olvidos... Consulté mapas y personas y todo me confirma que el tuyo es otro mundo. Pero todo ha sido inútil...

Mas de una vez me he hecho el firme propósito de tomar distancia, anteponer un montón de razones, todas lógicas, para irme, alejarme y decir un adiós definitivo, sin palabras... siempre es el adiós más difícil, el más doloroso...

Pero apenas te vi de pasada y olvidé hasta la hora. Y todos los recuerdos vuelven... Bastó que desde lo lejos intuyera tu esencia para que tirara propósitos y razones, para que el corazón y las ganas se desbocaran nuevamente...

Yo sólo quería decirte una vez mas que me gustas, quería acercarme a ti. Pero acercarme como una mujer se acerca a un hombre al que ama. Abrazarte por la espalda, acercar mis labios a tu cuello, besarlo suavemente y sentir como en ese instante te estremeces, te das la vuelta y me tomas por la cintura y acercas tu pecho al mio, te acercas a mi cuello, me susurras algo tierno y dulce al oído, mordisqueas mi lóbulo y llegas a mis labios con un beso, imagino un jadeo... y tus manos rehacen mis pechos....

Quisiera intuir un sueño si tu abrazo me tomara prisionera la cintura, soñarte soñando contigo dentro... ¿Hago mal en desearte, en que mi piel quiera fundirse con la tuya, en buscarte para encontrarte como se encuentran una mujer y un hombre, desnudos y sedientos? ¿Hago mal en decirlo o en hablarlo con silencios?

Yo lo que quiero es encontrarte de frente para invitarte a perderte conmigo, que mi piel le hable a tu piel y que el deseo que callan las palabras, el silencio habla...

Espero tu silencio y tu palabra...

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